
¡Buenos días! Espero ayer tuvieseis un bonito día de Navidad y que las fiestas que quedan vayan bien. Hoy os traigo la última reseña del año, y el último libro que voy a leer, en principio, ya que los días que quedan quiero aprovecharlos para otras cosas, como para hacer el resumen del año de las lecturas, etc. Para terminar el año he buscado una de las maneras más bonitas, y es que ahora que estoy saliendo del bloqueo lector, he preferido leer un libro que ya leí en la ESO en su momento pero que como apenas recordaba nada de él, a parte de que me había gustado, he decidido que tenía que volver a leerlo y así poder recordar la historia de Tita.
Como agua para chocolate es uno de los mayores éxitos de la literatura latinoamericana escrito por Laura Esquivel, una historia que mezcla el romance con el realismo mágico protagonizado por Tita, una joven con que vive con su madre y sus dos hermanas. Tita esta enamorada de Pedro y él de ella, así que en cuanto este va a pedir la mano de la joven a su madre, Mamá Elena, sale decepcionado ya que Tita tiene prohibido casarse, es la más pequeña de las hermanas así que su deber, por tradición familiar, es cuidar de su madre para siempre, es decir no puede crear una familia ni casarse ni tener una vida fuera, pero lo Mamá Elena si le deja a Pedro es casarse con otra de sus hijas, Rosaura, él acaba aceptando para poder estar cerca de Tita. Pero las cosas no serán tan fáciles, Tita y Pedro se seguirán amando a pesar de que él se haya casado con su hermana y ella tenga que seguir cuidando de su madre.

Como agua para chocolate me ha encantado de principio a fin. Reencontrarme con Tita y su familia me ha traído a la mente momentos de mi pasado, y es que este libro lo leí en la ESO en la asignatura de lengua y literatura castellana, recuerdo que la profesora nos dio un listado de varios libros para elegir uno de ellos, yo recuerdo que no estaba muy segura de cual leer, es más dudaba, pero si no recuerdo mal hubo dos factores que hicieron que eligiera un libro, el primero fue el título que me pareció curioso y más siento una amante del chocolate, y el segundo que, si no recuerdo mal, era de los libros más cortos que nos había propuesto, ya por entonces me gustaba leer, pero no voy a negar que como odiaba bastante los libros obligatorios que nos hacían leer, preferí coger uno corto que me hiciera amena la lectura, pero lo que no esperaba es que quince años después lo volvería a leer con muchas más ganas, pero sabiendo que la historia me gustaría una vez más.
La verdad es que apenas recordaba muchas cosas la trama, y eso ha hecho que fuese una relectura de lo más entretenida con unos personajes que me han trasportado a Piedras Negras, México, justo en la época de la Revolución Mexicana en el rancho de la familia de Tita. La historia nos cuenta la vida entera de Tita, con los acontecimientos más importantes desde su nacimiento, pasando por su adolescencia, su edad adulta y su muerte. Con ella nos adentramos en una familia humilde en la cual hay una tradición, y es que la hija pequeña, que en este caso es Tita, debe cuidar de sus padres para siempre, sin poder casarse ni tener hijos, ni hacer su propia vida como si se les permite a sus hermanas mayores. Para Tita desde muy pequeña eso es una tortura, y es que ella quiere ser libre, pero sabe que nunca lo será mientras Mamá Elena siga viva, pero como es lo que le ha tocado al final lo acepta. El peor momento viene cuando Tita se enamora de Pedro, un hombre que quiere su mano y formar una familia, pero la madre de Tita no les deja, por lo que Pedro termina casándose con una de las hermanas de Tita, así pues es la única manera de estar cerca de Tita. La historia transcurre entre recetas que hace Tita o que le han dicho que haga, y es que la joven tiene una mano para las recetas, tanto de cocina como para crear otras cosas, muy buena, así que es una delicia sobre todo comer la comida que ella prepara.
La trama en sí hay que decir que al final es la vida de Tita, de inicio a fin, y es una lectura ligera que se lee rápido. Sus capítulos no muy extensos y divididos en meses, es decir tan solo con doce capítulos, hace que la lectura sea muy fácil de devorar en poco tiempo. Una de las cosas que no recordaba de este libro y me ha maravillado, es el tema del realismo mágico que se encuentra entre las páginas de este libro, y es que nos encontramos con elementos que al final no forman parte de la realidad, sino que son mágicos, y han sido momentos que me han parecido muy preciosos encontrar en los momentos más interesantes de la historia.
"La vida sería mucho más agradable si uno pudiera llevarse a donde quiera que fuera,
los sabores y olores de la casa materna."
En cuanto a los personajes no puedo nada más que decir que la composición de estos es perfecta. Tita es una mujer con la que he ido de la mano en todo momento a lo largo de la historia, por lo que era imposible no sentir empatía por ella, sufrir con ella, amar con ella, hacerlo todo con ella. En cuanto a Pedro no puedo decir lo mismo, entiendo algunos de sus comportamientos y entiendo que siendo la época que es hay cosas que es mejor hacer de otra manera, pero aún así ha sido un personaje muy real. En cuanto a Mamá Elena sin duda la he odiado, y debo decir que me ha recordado en algunos momentos a Mary-Love Casaskey de la saga de libros Blackwater de Michael McDowell, y es que al final ambas son dos mujeres que son las matriarcas de sus familias. También tenemos a Rosaura que esta en algunos momentos la odiaba, no voy a negarlo, aunque poniéndome en su piel tengo que decir que me daba algo de tristeza ciertas partes de su vida. En cuanto a Gertrudis, siento que es la que menos ha salido pero de la que sabemos bastante de su vida, siento que es la que ha tenido la vida más dura. Entre otros personajes.
En resumen, Como agua para chocolate ha sido una lectura de lo más amena que me ha hecho reencontrarme entre recetas con Tita y toda su vida, con su amor, su lealtad, su sufrimiento, su felicidad, etc.




