¡Muy buenas! Esta semana que viene va a empezar el verano, ¡por fín! En honor al cambio de estación, me han entrado ganas de hacer un book tag, como podéis leer en el título, el cual se llama: El juego literario de las frases. Este tag me lo he encontrado en el blog Butterfly Kisses, y primero de todo os cuento como se juega:
1. Página: 10
Línea: 11
Libro: Al final de la calle 118 de Clara Cortés
Palabra: Fuerte
2. Página: 23
Línea: 4
Libro: Odio el rosa I. Historia de Sara de Ana Alonso y Javier Pelgrín
Palabra: Golpeándose
3. Página: 38
Línea: 2
Libro: Bel, amor más allá de la muerte de Care Santos
Palabra: Minutos
4. Página: 24
Línea: 20
Libro: Rebeldes de Susan E. Hinton
Palabra: Problemas
5. Página: 52
Línea: 15
Libro: 97 formas de decir "te quiero" de Jordi Sierra i Fabra
Palabra: Niños.
Palabra: Niños.
6. Página: 66
Línea: 6
Libro: El (sin) sentido del amor de Javier Ruescas
Palabra: Diablo
7. Página: 77
Línea: 7
Libro: El niño con el pijama de rayas de John Boyne
Palabra: Sacudirse
8. Página: 86
Línea: 16
Libro: Si tu me dices ven lo dejo todo... Pero dime ven de Albert Espinosa
Palabra: Tela
9. Página: 69
Línea: 9
Libro: Canciones para Paula de Blue Jeans
Palabra: Enamorado
10. Página: 100
Línea: 1
Libro: Donde esté mi corazón de Jordi Sierra i Fabra
Palabra: Mujer
Y el resultado de estas palabras es el siguiente texto:
Se sacudió la tela de su pantalón. Las migas de pan se habían quedado durmiendo en él. Observo el retrato que estaba justo delante de ella, encima de su mesa, al lado del plato. Hoy hacia dos años que él había muerto. Antes de esto, había estado enamorada durante más de veinte años del mismo hombre. De él. Aunque ella había sido la mujer causante de la muerte, no se proclamaba como culpable. Era inocente. Siempre decía que ella tan sólo hizo su deber, aunque la nombrasen “el diablo”. Decía que cualquiera habría hecho lo mismo que hizo. Los problemas en las relaciones no tardan en aparecer, pero en su caso habían tardado más de una década en hacerse fuertes y en formar parte de la relación de la pareja. Ella no entendía como los minutos que antes se pasaban volando, ahora tan sólo eran duros golpes contra el corazón. Y, entonces entendió que no podía seguir como estaba todo, debía matarlo o matarse de pena, sin importarle que los niños viesen el terror en la cara de su madre.
Si os ha gustado el tag os animo a que lo hacéis. Yo al menos me he divertido mucho con él y estoy segura de que vosotros también.
¡Saludos literarios!